Han salido como fieras a pedir una sanción ejemplar, a declarar non gratos al Espanyol y su afición, a exigir la muerte civil, el escarnio y la vergüenza pública de un club al que querrían ver desaparecer para siempre. Son los mismos que sonrieron con complicidad cuando la afición culé lanzó 20 bengalas sobre los pericos de la Puerta 9 en Montjuic, los mismos que miran a otro lado cada vez que los festejos en Canaletas degeneran en vandalismo, los mismos que pasan por alto cuando los Boixos Nois armados con lanzas atacan a los Mossos d’Esquadra en el Camp Nou, los mismos que no dedican ni un segundo al hecho de que la Liga dejara caducar un expediente por dos delitos fiscales una vez que el Barcelona aceptó pagar de sus propios fondos un crédito a Tebas de casi 2,5 millones de euros, los mismos que han relegado a una nota marginal en las páginas de relleno el hecho de que durante dos décadas el Barça haya estado pagando a quien designaba a los árbitros en España. Periodistas, opinadores, rabiosos habitantes de las redes sociales a quienes les encaja como anillo al dedo el adjetivo bíblico de fariseos, sepulcros blanqueados, especialistas en ver la paja en el ojo ajeno mientras se muestran ciegos a la viga en el propio.
La afición del Espanyol ha sufrido este año una temporada atroz, responsabilidad de una nefasta planificación y de unas decisiones lamentables. Lo que ha padecido este año por culpa de sus propios dirigentes se suma a los ataques habituales, a los padecimientos normalizados, a la discriminación banalizada. El desprecio institucional, los insultos recurrentes en los medios de comunicación, tanto públicos como subvencionados con dinero público, la marginación social, el acoso escolar, son realidades que no se pueden negar. El Espanyol y su afición molestan, siempre han molestado, a quienes anhelan una Cataluña uniforme, alineada siempre y acríticamente con los que ostentan el poder, los adalides de lo que Joan Collet designó como “nacionalbarcelonismo”. Para ellos, el Espanyol es un molesto grano que pone de manifiesto que Cataluña es mucho más plural y diversa que sus reduccionistas ensoñaciones ideológicas, un grano que desean extirpar lo antes posible, cueste lo que cueste.
Lo vivido ayer en el RCDE Stadium fue la culminación de una temporada para olvidar, una temporada en la que a un equipo con graves carencias y limitado amor propio se han unido una dirección errática y unos arbitrajes manifiestamente sospechosos. El fin de fiesta, perfectamente programado, era la humillación de la celebración ostentosa por parte de los jugadores y cuerpo técnico del Barça del título liguero en el centro del terreno de juego, una provocación en toda regla (ahora sabemos que los Mossos pidieron al Barça que no hubiera celebración del título sobre el césped y que así se había pactado entre los dos clubs, algo que ignoraron alegremente los prepotentes de siempre, sabedores de que su categoría de símbolo del “nacionalbarcelonismo” les asegura la impunidad, la misma que hará que el caso Negreira se salde, como ya sabemos todos, sin mayores consecuencias).
El papel reservado para la afición perica en esta tragicomedia era el de espectador resignado y pasivo, aceptando por fin su derrota y que el Barça es más que un club, es el único y legítimo representante de los buenos catalanes, frente al que solo cabe bajar la cabeza y resignarse a su poderío en todos los frentes (deportivo, arbitral, mediático, político…). Una parte de la afición perica no se resignó a interpretar el papel que le habían asignado, no aceptó ser humillada, no quiso doblar la rodilla ni bajar la cabeza. Como tantas veces en la historia de este club rebelde y maldito, volvieron a salirse del guión. Su gesto fue un acto desesperado de dignidad, un gritar al mundo que, incluso con todo en contra, seguiremos en pie mientras nos quede aliento, no aceptaremos jamás que se mofen de nosotros.
Podemos morir porque somos mortales, pero nuestra dignidad no podrán arrebatárnosla. Si hemos de morir, no lo haremos como corderos, sino haciendo correr, quizás por última vez, a quienes nos han sentenciado. ¿Es un gesto irracional, un tirarse piedras contra uno mismo? Pues claro. Aquí no hay racionalidad que valga, sino la necesidad vital de no dejarse aplastar, el impulso visceral de afirmar que existimos y no nos plegaremos jamás al libreto de quienes nos quieren o dóciles o muertos. Es la misma actitud que tuvieron los defensores de Barcelona en 1714 cuando, sabiéndose ya derrotados, decidieron seguir combatiendo contra todo cálculo sensato. Un gesto de dignidad, un gesto irracional, sin sentido, que incluso empeoraba la situación en que quedaban, pero que a la larga fue muy fecundo. Probablemente nos clausuren el campo, probablemente descendamos a Segunda (hemos hecho sobrados méritos), probablemente se abatirá sobre el Espanyol y su afición un escarnio aún más intenso que el ya habitual, pero cuando pasen los años la imagen del derby del domingo no será la de un Barça prepotente y chulesco humillando al Espanyol en su propia casa, sino la de unos provocadores que se creían intocables viéndose obligados a realizar un sprint imprevisto.
Es lo que tienen algunos gestos de dignidad: en el momento parecen absurdos, pero tienen el poder de mantener vivo un hilo de esperanza, esa llamita blanquiazul que se resiste a desvanecerse, que proclama a los cuatro vientos que nunca nos plegaremos al Imperio del Bien que nos quiere uniformizados y rendidos ante el poderío culé.
Bravo, artículo muy bueno
Lamentable escrito y lamentable las reacciones de los lectores.
Me doy cuenta que todos los pericos apoyan lo sucedido en el campo, no veo ni el más mínimo comentario condenando lo sucedido. Creo que deberian reconsiderar la dirección de su odio y frustraciones hacia la directiva. En todo momento vi los jugadores siendo respetuosos. Y si una rueda con saltitos les ofende… Pena me dan ustedes.
Sobretodo, jugadores del Barcelona no celebren un titulo que tanto se merecen que a los pericos les va a sentar mal… Me descojono
O sea, que el único argumento para defender la bochornosa situación que se dio es «tu quoque», es decir «y tú qué?»…
Gracias por tu escrito, esto nos hace más fuertes y más perico, totalmente de acuerdo, nada que añadir sólo ,!!Visca l’ Espanyol!!!!
Al 300% de acuerdo, el día que bajemos la cabeza será porque nos la han cortado. Esto me hace sentirme cada día más orgullosa de mi equipo y de toda la afición.
Un placer leer tu artículo Jorge. Muchas gracias por explicar tan bien lo que muchos sentimos. ¡Eres grande y nos haces grandes!
La Curva al margen de banderas lleva muchos años siendo el motor de la afición y el domingo hizo lo que la mayoría pensábamos pero no hicimos por muchas circunstancias,. Basta ya de chulearnos, ignorarnos y reírse de nosotros. Gracias Jorge Soley.
Totalmente de acuerdo con el Sr.Soley.
Ha descrito con una precisión milimétrica la realidad de nuestro club en esta sociedad fanatizada ideologicamente. Todo debe ser uniforme y hay que rendir pleitesía y si no es así quedas relegado, marginado y si pueden anulado.
El deporte no es deporte. Cuando la política se mezcla, como el agua y el aceite, sale a flote la ideología.
Como decía el sr.Pujol, «el pal de paller» todos alrededor suyo y de su ideología.
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Estoy de acuerdo. Me ahorro escribir mi pensamiento. Lo que tengo que agregar es simplemente que nada justifica la reacción de los que invadieron el campo. Somos un club modesto, pero digno y decente, nunca podremos igualarnos con los protegidos «Negreiras FC». Estamos pasando por los peores momentos en este club, pero aunque perdamos la categoría no perderemos nuestra dignidad. Un abrazo a todas las pericas y pericos. Una cosa, todavía no estamos muertos y hay que luchar hasta el final (Pero no con invasiones de campo ni rompiendo cámaras y tirando sillas)
No toco ni una coma del escrito.
Ya está bien de querer imponer su nacional barcelonismo ya basta de pensamiento único y de soberbia , chulería macarra y de prepotencia matona.
En primera o en segunda pero SIEMPRE ESPANYOL
Totalmente de acuerdo, más alto y claro no se puede decir , felicidades por esas palabras tan elocuentes , y mucho ánimo para todos de esta saldremos sea en segunda o en primera
Por favor hacer llegar este escrito a Juanma castaño y que se dé cuenta y sepa la verdad
Gran artículo, verdades como puños pero esos corruptos no podrán con nosotros si nos cortan las alas volaré os con los huevos esto es la Força de un SENTIMENT no hay más que decir🤍💙🤍💙🤍💙🤍💙
Suscribo letra por letra. Inmaculado
Se puede decir mas alto pero no mas claro
👏👏👏👏
De acuerdo en todo Jorge lo has clavado gracias
No se puede decir mejor ni mas claro. Excelente ¡¡.
Un diez. Comparto todo las palabras… Los aficionados no se merece lo que ha vivido esta temporada… Sigo creyendo en la salvación (aunque esta dificil y complicado) pero quedan 4 finales y 12 puntos en juego y aunque dependemos de nosotros mismos todavia es posible….. Sea en primera o en segunda siempre del Espanyol…..
Lamentable justificar lo injustificable!!! Todos los pericos sabemos lo que es sufrir el nacionalbarcelonismo, pero eso no justifica lo de ayer…la dignidad no se defiende con violencia, se defiende con inteligencia. Y de eso, algunos han demostrado ir más bien escasos (sólo hace falta ver las pancartas colgadas el día antes del partido…).
Gracias de nuevo a La Curva por relacionar nuestro escudo con violencia e intolerancia…por suerte, no es el sentimiento mayoritario de los pericos de buena fe!!!
Tomad nota sumisos de ultra sur y merengones infiltrados
Estás muy pero que me muy equivocado. Todavía no te has enterado de contra qué y contra quién luchamos. Porque nuestra vida es esto, una lucha interminable por la supervivencia.
Estoy de acuerdo completamente con este escrito pienso igual, felicidades al que lo a publicado.
Bravo.
Tomad nota sumisos, cules infiltrados y falsos pericos.
Amén.
Un diez. No nos queda otra cosa que alma y dignidad, por encima de plantilla inepta y directiva servil con el poder institucional. Nos machacarán siete veces pero nos levantaremos ocho. Pericos siempre.