El 13 de mayo de 2006 es una fecha que los aficionados del Espanyol tienen grabada a fuego en su memoria, no en vano aquel día es uno de los más recordados por los hinchas blanquiazules. El gol de Ferran Corominas contra la Real Sociedad y que dio, sobre la bocina, la salvación al conjunto perico. Aquel curso, los nuestros lograron la cuarta Copa del Rey, ante el Real Zaragoza en el Santiago Bernabéu, y a punto estuvieron de irse a la Segunda División.
El tanto se hizo esperar, y no fue hasta el minuto 91 de partido, cuando el de Banyoles logró un gol que valía una permanencia en Primera División, nada más y nada menos. Con el paso del tiempo, y los dos descensos prácticamente consecutivos, todavía se valora más aquel gol del canterano espanyolista. Un gol de Bodipo para el Alavés en el 78 de juego, mandaba al Espanyol a la división de plata. Hasta que apareció Coro e hizo estallar de alegría al Olímpico de Barcelona. Se derramaron muchas lágrimas de alegría y de alivio. Inolvidable momento.
Si somos tan cortos de miras; poco ambiciosos y tan pequeños de espiritú que tenemos que celebrar onomasticas tan negras como que un gol nos salvó de bajar a segunda división , demuestra lo que actuamente es nuestro club: un club sin ambiciones; dejado de la mano de Dios; abandonado por las instituciones y lleno de vividores y cobradores de comisiones alrededor del club. Descanse en paz, RCD ESPANYOL.