Esta semana, el Espanyol presentaba la nueva campaña de abonos de cara a la próxima temporada, 22/23. El punto central de ella ha sido un bonito spot ideado por cuatro publicitas de prestigio y reconocimiento mundial. Cuatro pericos de pro como José María Piera, Toni Segarra, César García y Gustavo Martínez. Hoy hemos podido entrevistar a uno de ellos. José María Piera nos habla sobre los objetivos de esta campaña, sobre la imagen que transmite el Espanyol, sobre la salud del club a nivel de marca, sobre algunas de las claves para que la entidad siga creciendo a todos los niveles o sobre el nuevo proyecto deportivo que arranca este verano.
¿Cómo nace la campaña?
El club nos hizo un encargo. El año pasado hicimos también la campaña de abonados y nos pidieron si queríamos repetir. Nos lo dicen con bastante premura, pensaba que igual seria difícil reunirnos, pero ahí estábamos toda la banda, dispuestos a hacerlo y poner nuestro granito de arena en favor del Espanyol.
Muchos pericos se han preguntado el por qué en el spot de la campaña aparece una voz extranjera. ¿Cuál es la razón?
Todo está pensado y obedece a una razón. Veo que a algunas personas no les ha gustado y es respetable. Nosotros queríamos una voz que fuese distante, que no fuese alguien de los nuestros. Si me preguntan a mi por lo que pienso cuando veo a alguien con la camiseta del Espanyol diré lo que siento, que es uno de los míos. A un extranjero le atribuyes un rol más neutral, de observador, que es lo que queríamos, alguien que opine desde fuera y reafirme ese mensaje. Además, la propia rareza. Recuerdo en el fútbol el caso de Michael Robinson, que generó muchas simpatías con ese deje raro. Entiendo que a algunos no les haya gustado, pero creo que añade un elemento de personalidad y contribuye a generar esa distancia emocional.
¿Qué supone para ti el hecho de poder trabajar para el Espanyol en algo así?
Lo hacemos sin ánimo de lucro. Es un dividendo emocional. Es algo que te llena y que te enorgullece el que piensen en ti. Además, yo había sido socio de Toni Segarra, pero ahora somos cuatro competidores amigos. Nos juntamos para trabajar juntos y hay un entendimiento inmediato entre todos.
¿Es bueno para el Espanyol destacar siempre el hecho de estar a la sombra de un gigante?
Nos guste o no es una realidad. Es nuestro contexto. En nuestro alrededor, normalmente no estamos rodeados de pericos. Aislarse de esa realidad es hacerse trampas al solitario. Hemos de convertir eso en oportunidad. Yo estoy encantado de que mis hijos sean del Espanyol, creo que les ha ayudado a curtirse. Su formación es mucho más real que la de alguien que está acostumbrado a ganar siempre. Creo que es más formativo y mejor el ser del Espanyol.
¿Vender siempre el valor de esa maravillosa minoría, a nivel publicitario es algo positivo?
Me parece que está bien eso, sin mencionar a los otros por supuesto. Nosotros somos una raza en concreto y esto va dirigido a los nuestros. El año pasado, debido al ascenso, queríamos hacer algo sobre ese éxito. Este año no había un hito así, por lo que tocaba construir alrededor de la marca.
¿Consideras que el nombre del Espanyol debería ir más ligado a la ciudad de Barcelona?
Aquí hemos pegado bandazos. Nosotros éramos de Barcelona, estábamos en Barcelona y fuimos fundados en Barcelona. Estábamos mucho más asociados a la ciudad que el equipo que lleva su nombre. En un momento dado nos vamos a Cornellà. Para mi sigue estando en Barcelona, ya que es provincia y forma parte del área metropolitana. Seguimos estando ahí. Indiscutiblemente, la marca Barcelona ayuda a vender fuera de nuestras fronteras. Si este anuncio lo emites en Pekín y dices Espanyol de Barcelona, ya es algo que te ayuda, te posiciona y te permite beber de la marca Barcelona. Es algo que añade valor.
En épocas anteriores se ligó mucho el nombre a la imagen de Barcelona, pero ahora se ha desligado un poco. ¿A qué se debe?
Hemos visto diversas formas de actuar. Otras directivas lo tenían como una apuesta central. Con otros no ha sido tan así. Yo creo que es algo que parte de nuestra esencia y a mi me parece bien intentar capitalizarlo.
¿Qué le falta al Espanyol para dar un salto cualitativo como club?
Por primera vez en mucho tiempo tenemos estabilidad, que es lo primero para construir un proyecto serio. Con el descenso quedó interrumpida, por lo que necesitábamos volver a Primera y consolidarnos. Ahora hay que añadir ambición, que en primer lugar debe venir de los socios. Hemos de ser exigentes con el club, pero hay que ir paso a paso. Nosotros debemos pedirle al club que haga todo lo posible para ir creciendo, pero con realismo. Me gusta la estabilidad que veo, ahora falta insuflar esa ambición.
¿Qué acciones debería llevar a cabo el club para acercarse más a los socios?
Este año el contexto no nos ha ayudado. Esto se ve con la polémica de los precios. El club ha hecho un esfuerzo por no subir precios y defender al socio de la inflación, pero hay muchos que están enfadados. Puede ser entendible. Seguramente si bajas los precios acudirán más pericos al estadio, aunque no hay una fórmula matemática que lo garantice. La campaña de abonados vive en este contexto. El discurso tiene más profundidad que el de la pasada temporada y mayor conexión con la marca del Espanyol. El contexto va en contra, la gente tiene los bolsillos más tocados y es algo que se ve en el día a día. Vienen años complicados y el caldo de cultivo es difícil. Hay socios que con ese contexto tienen menos ilusión, pero hay que valorar la actitud del club.
¿Cómo valoras la situación deportiva del club y el nuevo proyecto que arranca este verano?
Muchas veces, como en la época de Sánchez Llibre, no he encajado con el pensamiento de los socios. Esta vez, creo que coincido con la mayoría. La temporada pasada acabamos muy cansados. Arrancamos el curso mejor de lo previsto, certificando la permanencia casi en la primera vuelta, pero luego vimos un Espanyol conservador. A final de temporada me desenganché. Creo que le pasó a mucha gente. Le estoy muy agradecido a Vicente Moreno, que ha cumplido con el objetivo los dos años. Hay que estarle agradecido, pero le faltó dar ese paso adelante y esa ambición. Creo que estábamos todos algo desinflados y que ahora Diego Martínez parece distinto. Es un melón por abrir en el Espanyol, pese a que ha demostrado ser un gran técnico, pero hay ganas de ver lo que pasa.
Por último, ¿qué te parecen los cambios que se están dando y la salida de los capitanes?
El relevo en la dirección deportiva, la gran mayoría lo ha visto con buenos ojos. En cuanto a los capitanes entiendo el deseo de regeneración, pero en el caso de Diego López me lo hubiese pensado. Me habría gustado tenerlo un año más, aunque fuese para ayudar en el vestuario. Creo que habría sumado. Respecto a David López o Dídac Vilà creo que era algo más predecible. Dídac estaba en una etapa que hubiese sido sorprendente su continuidad. Lo ha dado todo, tuvo una etapa muy buena y estamos orgullosos, era uno de los nuestros, pero este final no era bueno para él ni para nosotros. Por último, con David López ha sido una pena. Era un gran jugador y muy querido, nos ha hecho sentir muy orgullosos, pero desde la lesión no era el mismo. Como central hizo mejor jugador a Hermoso y como centrocampista era un jugador espectacular. Ha sido una pena, pero el haber seguido quizá habría sido malo para él. Creo que esto era bueno para ambas partes. Y lo digo desde el cariño y el reconocimiento a un tipo que siempre ha dado la cara.
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